Green Shoots on the show floor

At last year's Graphics of the Americas, I chaired a roundtable of representatives from vendors, printers, paper manufacturers, and others to discuss some of the major issues relating to print and the environment.

One of the key conclusions was that sustainability is often a second-tier concern among print buyers and providers. It quickly became apparent that any concern for the environmental impact of print’s activities has, in the past few years, taken a back seat to more pressing economic concerns.

However, notwithstanding the economic turmoil, the ‘greenness’ of the supply chain is increasingly important to many large retail and consumer products companies, with end-users of print paying increasing attention to the sustainability of their vendors and the supplies they use.

One of the most common misconceptions is that print and paper are inherently environmentally unfriendly, whether it is because paper involves "killing trees" or because printed materials often end up in landfill (both false, for the record).

What is a proven, is that sustainable forest management on the part of pulp and paper industries has often resulted in a net increase in forest cover, particularly in North America, and healthier ecosystems within those forests as a result. Equally, substrate manufacturers have strived to improve their recyclability and biodegradability.

Another strategy is to make paper out of non-tree materials, such as bagasse, a fibrous material obtained from sugarcane or sorghum, and even wheat. There is also a growing prevalence of synthetic papers, although recyclability remains a concern.

What is clear is that print need not hang its head in shame, when called to account for its environmental credentials as there is little doubt that as the economy improves the environment will once again start to move up buyers’ agendas.

Asuntos verdes en el escenario del evento
En las Gráficas de las Américas, el año pasado, encabecé la "mesa redonda verde", en la cual participaron representantes de proveedores, impresores, fabricantes de papel y otras personas para hablar sobre los problemas más importantes relacionados a la sostenibilidad medioambiental en la industria de la impresión.

Una de las conclusiones clave que surgió de este debate fue que la sostenibilidad medioambiental es a menudo la segunda preocupación de los proveedores y compradores de impresoras. Sin ser sorprendente, se notó que toda preocupación con respecto al impacto medioambiental de las actividades de impresión, en los últimos años, ha tomado un segundo lugar con respecto a temas económicos más apremiantes.

Sin embargo, a pesar del conflicto económico, el "tema verde" de la cadena de abastecimiento se está volviendo cada vez más importante para muchas compañías y proveedores mayoristas, y consumidores finales los cuales prestan aún más atención a la sostenibilidad de los proveedores y los suministros que utilizan.

Uno de los conceptos más comunes, y equivocados a su vez, es que la impresora y el papel son inherentemente enemigos del medioambiente, ya sea porque la producción de papel involucra la "matanza de árboles" o porque los materiales impresos a menudo terminan en los vertederos (que conste que ninguna observación incluye el tema del agua).

Sin embargo, lo que sí se ha comprobado es que la administración forestal sustentable por parte de las industrias de la pulpa y el papel tienen como resultado un aumento neto de los bosques, en particular en América del Norte y, como resultado, ecosistemas más saludables dentro de esos bosques. De igual forma, las compañías que producen papel y otros sustratos trabajan constantemente para mejorar la capacidad de reciclado y de biodegradación de estos sustratos.

Otra estrategia es fabricar papel de materiales que no provengan de un árbol, como por ejemplo el bagazo (un material fibroso extraído de la caña de azúcar o sorgo) e incluso trigo. Existe una creciente tendencia prevalente de papeles sintéticos, aunque el reciclado de algunos de estos productos sigue siendo una preocupación.

Sin embargo, queda claro que, cuando las credenciales medioambientales entran en cuestión, el área de impresión puede estar orgullosa de tenerlas y no avergonzarse. Debido a que existen pocas dudas sobre el hecho de que la economía mejora el medioambiente, el orden del día de los compradores comenzará a organizarse y, cuando esto suceda, el área de impresión tendrá que asegurarse que posee las credenciales medioambientales como insignia de honor.