And therein lies the problem. The industry has reached a green status quo in which buyers struggle to differentiate one ‘green’ printer from another. As a result, having a green accreditation is no longer good enough to get you noticed – it’s how you communicate it that counts.
It all comes down to education of the clients and potential customers. Mark Lewis, assistant managing director at UK printer Mastercolor, says that his company went for EMAS certification because it offered clear parameters for sales teams to go out and prove to prospective clients what the company was achieving.
"If you really wanted to you could baffle clients by making various environmental claims, but EMAS rubberstamps the claims that we make," says Lewis. "We can supply the EMAS brochure and registration to clients and we can educate them about what we’ve done. We can show them that we’ve put our money where our mouth is."
Education is also a route favoured by Park Communications. Park is an FSC- and EMAS-certified Carbon-Neutral company with an environmental management system certified to ISO 14001 and, according to manging director Alison Branch, educating customers and devising a simpler marketing message has been vital to the business’s success.
"Initially we educated our customers when each environmental credential was achieved," explains Branch. "We sent email news releases explaining our achievements and offered further explanation of each certification."
Like Mastercolor the company also communicates its environmental message to customers via its sales and customer services team and through Park’s regular news update ‘Parklife’. And it puts itself forward for prestigious industry awards, which can in its own right be a great marketing tool, according to Richard Owers marketing director at Pureprint.
"One benchmark that’s incredibly useful for buyers is to ask whether or not companies have won awards and if they have won awards what were they for and who were they awarded by. If a company claims it is one of the greenest in the country, but it hasn’t won anything, then is that company proud of what it’s doing and do they stand up to closer scrutiny?" says Owers. "However, if a third party has judged an awards submission and decided it’s better than anything else that they’ve seen that year, then it’s something to be proud of and is a useful way of illustrating what you do and what third parties think of you."
Pureprint also has an educational strategy in place, which it refers to as ‘supportive sustainability’. "It’s all about sharing knowledge," says Owers. "We want to share ideas around best practice and help customers improve the environment, but you can only do this if you’re genuinely interested in the subject."
He believes that it’s the company’s interest in and care of the environment that sets it apart from those outfits that just go through the motions. "Box-ticking is quite widespread, but the number of people that are genuinely interested in and care about the issues are a lot fewer and if I were a print buyer it would be those companies that I would want to partner up with," adds Owers.
To a large extent, it’s the emergence of so many different and sometimes conflicting schemes over the past decade that is responsible for this box-ticking. It’s a view shared by Rob Pearson, consultant at international CSR expert Two Tomorrows. "There are too many certification schemes around that do the same thing. Take paper as an example. There are a number of schemes you can go for, but they all set out to do the same thing, which is to say that this paper is from a sustainable source. I would argue that you don’t need all of them," he says.
The number of certification schemes is unlikely to reduce any time soon, however, and so in the meantime it is best for printers to separate themselves out by making their communication messages as succinct and educated as possible. In doing so, they can prove not only that they are achieving genuine eco advancements, but also that their environmental commitment goes beyond that word and number jumble and is ingrained in the company – a very attractive proposition for buyers.
Diferentes matices de verde
Lo que cuenta no es lo que se tiene, sino lo que se hace con eso. Esta afirmación puede aplicarse a muchos aspectos de la vida, pero un área donde tiene resulta especialmente pertinente es en el entorno de las credenciales medioambientales que poseen las impresoras. Hace aproximadamente una década, las abreviaturas como PEFC, EMAS e ISO 140001 apenas se mencionaban en la industria de la impresión. Sin embargo, en el clima comercial actual, es difícil encontrar una empresa que no ostente al menos uno de estos términos en sus membretes.
Y es en ese lugar donde yace el problema. La industria ha alcanzado un prestigio en cuanto a reputación ambiental en el que los compradores forcejean por diferenciar a una impresora "verde" de otra. Como resultado, lograr una acreditación de responsabilidad ambiental ya no es suficiente para captar la atención, sino que lo importante es cómo comunicarlo.
Todo se reduce a la educación de los clientes y los clientes potenciales. Mark Lewis, subgerente general en la impresora Mastercolor del Reino Unido, dice que su empresa realizó la certificación EMAS porque ofrecía claros parámetros para que los equipos de venta salgan y demuestren a los futuros clientes los logros de la empresa.
"Si una empresa así lo desea, puede impresionar a los clientes haciendo diversos reclamos ambientales, no obstante, el sello de EMAS rubrica esos reclamos", señala Lewis. "Podemos entregar el folleto de EMAS y la inscripción a nuestros clientes y podemos enseñarles lo que hemos hecho. Lo demostramos con hechos, no con palabras.
La educación también es el camino preferido de Park Communications. Park es una empresa con carbono neutral, según lo avalan FSC y EMAS, con un sistema de gestión medioambiental que ha certificado ISO 140001 y, de acuerdo con Alison Branch, directora administrativa de la empresa, educar a los clientes e idear un mensaje de marketing más simple ha sido vital para el éxito de la empresa.
"En un principio, educamos a nuestros clientes al lograr cada credencial de respeto por el medioambiente", explica Branch. "Enviamos correos electrónicos explicando nuestros logros y ofrecimos más explicaciones sobre cada certificación."
Al igual que Mastercolor, la empresa también comunica este mensaje de respeto por el medioambiente a sus clientes a través de las ventas y del equipo de atención al cliente y a través de la actualización de ‘Parklife’, el boletín de noticias de Park. Y además se propone obtener los prestigiosos premios de la industria, que pueden ser una estupenda herramienta de marketing, así lo expresó Richard Owers, gerente de marketing en Pureprint.
"Un punto de referencia increíblemente útil para los compradores es preguntarles si las empresas han ganado premios y, si ellos han recibido premios, cuáles son esos premios y quiénes se los han otorgado. Si una empresa asegura ser una de las empresas más responsables del país en cuanto a medioambiente, pero no obtuvo ningún galardón, ¿esa empresa está orgullosa de lo que está haciendo y resiste un escrutinio más estrecho?, comenta Owers. "Sin embargo, si un tercero evalúa en la entrega de un premio y decide que es lo mejor
que han visto en el año, es algo de lo que se pueden sentir orgullosos y resulta un modo útil de ilustrar lo
que se está haciendo y qué piensan los terceros de su empresa."
Pureprint también tiene una estrategia educativa, que se refiere a una ‘continuidad de apoyo’. "Se trata de compartir el conocimiento", dice Owers. "Deseamos compartir ideas sobre las mejores prácticas y ayudar a los clientes a mejorar el medioambiente, pero solo podemos hacerlo si están verdaderamente interesados en el tema."
Considera que el interés y el cuidado del medioambiente por parte de la empresa es lo que los diferencia de esas empresas que solo cumplen con lo mínimo indispensable. El trabajo burocrático está demasiado generalizado pero el número de personas que están verdaderamente interesadas y preocupadas por el impacto que esto tiene en el medioambiente es mucho menor. Si fuese un comprador de productos de impresión, sería una de esas empresas respetuosas con el medioambiente con las que me gustaría asociarme", agrega Owers.
En gran medida, el surgimiento de demasiados esquemas conflictivos durante la última década es el responsable de esta burocratización. Es una visión compartida por Rob Pearson, consultor internacional de CSR en Two Tomorrows. "Existen demasiados esquemas de certificación alrededor del mismo tema. La obtención del papel es un ejemplo. Si bien se puede optar entre diversos esquemas, todos proponen lo mismo, la obtención del papel a partir de una fuente sostenible. Yo diría que no se necesita todo eso", dice Pearson.
Sin embargo, es poco probable que el número de esquemas de certificación se reduzca pronto, entretanto, es mejor que las impresoras se diferencien creando mensajes de comunicación lo más resumidos y educados posibles. Al hacerlo, no solo demostrarán que están logrando avances ecológicos genuinos, sino que también su compromiso va más allá de las palabras y está arraigado en la empresa, una propuesta muy atractiva para los compradores.